lunes, 1 de marzo de 2010


Si pudiera elegir, me quedaría con las rayuelas y los otoños, con las tazas de té y la mermelada en los dedos, si pudiera elegir volvería a caer (siempre y con gusto) en tu boca y volvería a cantar los gritos que a veces no quieren salir de adentro.
Ante tanto reloj puntual me quedaria con las hojas secas en la vereda y los mates en el pasto, con los balcones y las bicicletas.

Tambien elegiría tu pelo enredado en mi cara, y tus ojos claro, para ser lo primero que ver al despertar y además optaría por tenerte cerca (lo mas posible) para no extrañarte, tus besos para volar y tu mano para desaparecer y hacernos invisibles tal vez y así esquivar el gris prepotente que siempre siempre quiere imponerse.